jueves, 1 de diciembre de 2011

La melancolía

Hoy quiero escribirte a ti, melancolía. Te cobijo en mis brazos como ves, justo cuando había regresado a mi la alegría, la vida se empeña en quitármela otra vez. Ningún sentimiento nos unía, pero si una gran afinidad por las letras, ahora nuevamente me he quedado sin tinta, otra vez mis letras se sienten vacías.

Él llegó para hacerme sonreír, justo cuando pensaba que ya no lo haría, su despedida me ha dolido en el alma, su partida me ha dejado una nueva herida. Se fue y no por que quisiera, se fue, por que quedarse no podía, aunque prometió que tendría noticias suyas, sé que tal vez no sepa de él durante algunos días.

Hoy le escribo nuevamente a la melancolía, compañera incansable de mis noches frías, ella me acompaña cuando más me siento vacía, ella es mi inspiración, cuando no tengo más compañía. 

Lo extrañaré, lo sé, y añoraré leer su linda poesía, aunque repito, no nos una ningún sentimiento, con sus letras de alguna manera alegraba mi día. Le escribo estás líneas aunque tal vez nunca las lea, le dedico estos versos, sin ninguna malicia, le dedico esté poema por la simple razón, de que disfrutaba como algo nuevo su compañía.

Aunque mi corazón y mis letras le sigan perteneciendo al que con su vida alegra la mía, eso no me impide escribirle a quien me a regalado su compañía, le escribo a él que me ha mostrado parte de su esencia, le escribo a él, que me ha dado un motivo para que nazcan en mi nuevas sonrisas. 

Lo quiero es cierto, pero no de la manera que muchos imaginan, lo quiero porque con él comparto mis versos, los quiero porque él, comparte conmigo parte de su vida. 

Así es como le doy la bienvenida a la melancolía, así es como la recibo nuevamente en mi vida, así es como otra vez he perdido las sonrisas, así es como me siento cuando leí su despedida.

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